martes, 5 de junio de 2012

A la Escuela “La Mosca” con afecto y gratitud

Me veo en una fotografía, la única de mi infancia, con pantalón azul, franela roja y botines negros recibiendo el diploma de preescolar de las manos de la maestra Mercedes. Recuerdo el amor de la maestra Blanca en el preescolar. Allí jugaba con los tacos de madera cuando aprendía las vocales. Mientras el afecto se recrea en la memoria de la infancia, la gratitud inspira estas palabras. La gratitud me recuerda a la maestra Dexy Delfín en primer grado. Con Ella conocí el libro “Luisito Pinto te enseña a leer”. En la memoria está la voz de la maestra Juana Rivas, la paciencia de la maestra Victoria Beltrán de Villegas, el cariño de la maestra Elena Sierra en las clases de manualidades, la sencillez de la maestra Prisca Moreno en la biblioteca, la firmeza del maestro Juan Orellana, la nobleza del maestro Manuel Lobo y el carisma del maestro Henry Castillo. Con sensibilidad y vocación, junto a mis padres- Juana Bustillo de Rivero y Ángel Rivero-, fueron quienes sembraron luz y esperanza en los primeros años de mi vida.

El pasado 04 de abril de 2012 volví a la Escuela Básica La Mosca. Esta vez, como maestro en el programa “El Ajedrez va a la Escuela”, que adelanta la Universidad Nacional Experimental del Yaracuy (UNEY), en escuelas y comunidades del Estado. Sentí una alegría muy grande cuando compartía con los niños la actividad de ajedrez realizada en el mismo lugar donde recibí el diploma de graduación de preescolar en 1.988 y el de sexto grado en 1.994. Observaba a los niños y recordaba cuando jugaba metras con mis compañeros de estudio a los pies de la mata de tamarindo. Pienso en mis vivencias escolares y le escribo a la Escuela “La Mosca” con afecto y gratitud.

El momento más difícil de la historia de la escuela y de la comunidad fue la tragedia vivida el domingo 04 de julio de 2004. Ese día el callejón La Mosca se convirtió en un río por el desbordamiento de la quebrada Guayabal. Esta tragedia afectó a una gran cantidad de familias en El Cerrito y La Mosca y se llevó consigo tres vidas humanas, incluyendo a la niña, que nunca se consiguió. El lunes 05 de julio, un día después, la escuela amaneció devastada, llena de lodo. El agua arrasó la sede de la institución, inundó varios salones, oficinas y colapsó el sistema de alcantarillado. El lodo alcanzó un metro de altura y afectó los implementos de labor docente en esta institución. La mayoría de niños damnificados eran estudiantes de la escuela y, por esa razón, se hizo necesario que los docentes se trasladaran al centro de refugio- Gimnasio "Jesús Pimpo Elorza" de la ciudad deportiva- con un plan especial educativo y recreativo para atender la petición de los niños, que deseaban pasar el tiempo estudiando ante esta lamentable situación.

La pequeña escuela fundada el 1 de junio de 1.958, hace 54 años, es una noble casa de estudios primarios, es un patrimonio que ha habitado la infancia de la gente de La Mosca, Los Higuitos, El Cerrito y otros barrios sanfelipeños. Está ubicada en el callejón La Mosca entre las avenidas Cedeño y Alberto Ravell de San Felipe Estado Yaracuy. Al recordar la escuela La Mosca recuerdo también a su fundadora, la maestra Elías Parra de Oropeza, quien contó con el apoyo de su hermana Amparo Parra y algunos vecinos en su noble labor socio educativa en beneficio de la comunidad. En sus primeros años, la escuelita, como tradicionalmente la nombran, funcionó en dos casas de familia. Primero, en la casa del señor Delfín González, y luego, en la casa de la abuela Santiaga Bustillo.

En 1.968 se construyeron tres aulas en su sede propia, donde actualmente está funcionando. Aunque no ha tenido un gran crecimiento físico, cuenta con diez salones, cuatro baños, una mini cantina, una biblioteca, un depósito, dos oficinas de dirección, un anfiteatro, un pequeño patio y, al lado, un terreno que en el pasado fue propiedad de Santiaga Bustillo. Todos estos esfuerzos permanecerán en la memoria de la comunidad. La escuela es la casa de la moral y las luces, es el tesoro más trascendente de un pueblo.