Tengo una amiga fiel y verdadera. Es un tesoro espiritual que permanece para siempre. La conocí en los primeros años de mi infancia. Me la presentó mamá cuando leía y contaba sus historias en familia. Es que a Ella le gusta leer y cantar los Salmos. El 100 es su cántico preferido, le gusta mucho. Su voz, su canción resuena en mi memoria: “Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra…”
El primer encuentro de mamá con la Biblia fue por medio del texto: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Al conocer esa palabra dijo: “Si creo mis hijos no se perderán”. Y, como la Biblia es una amiga fiel que cumple sus promesas, pudo ver su sueño en la realidad de Dios: “Creí esa Palabra y todos mis hijos, mis ocho hijos se bautizaron en el evangelio, en la Obra Luz del Mundo. Es grande que mis hijos hayan creído y que ya algunos sean pastores y maestros de la Palabra. Eso significa que Dios es grande y oyó mi oración”.
Es grandioso conocer de la Biblia a temprana edad, es una bella experiencia. El regalo más grande que he recibido de mi madre-Juana Bustillo de Rivero-es haberme presentado las enseñanzas bíblicas en mi niñez. No hay nada más bello que ser enseñado por la madre. Oír la voz de mamá cuando lee, recita y canta la Biblia es hermoso. Cuando al niño se le enseña en lengua materna se apropia fácilmente del aprendizaje, lo hace vivo en la práctica y lo recuerda durante toda su vida. También fui un niño en la Escuela Bíblica Dominical. Recuerdo las enseñanzas que recibí del pastor y de las maestras de la Obra Evangélica “Luz del Mundo” Misión San Felipe I. Sin duda alguna, la “Luz del Mundo” ha sido una escuela de formación de pastores y maestros de la Biblia. Por eso, es necesario recordar, memorizar y practicar aquel viejo texto que aprendimos cuando niños en la escuela dominical: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Compartir las enseñanzas que recibo de la Biblia es sumamente placentero. La lectura diaria permite un crecimiento integral, un aprendizaje no sólo en el ámbito espiritual, sino también en el secular, profesional e intelectual. La Biblia es tan amplia que en Ella se encuentra un conocimiento completo "útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia…"
Grandes intelectuales, poetas, escritores, científicos y hasta políticos han dado a la Biblia un significativo valor. La poeta y educadora chilena, Premio Nobel de Literatura, Lucila Godoy Alcayaga- conocida como Gabriela Mistral- asumió el tema bíblico desde su sensibilidad poética. En la dedicatoria que hizo para regalar una Biblia a la Biblioteca del Liceo de Niñas Nº 6, en Santiago de Chile, escribió las siguientes palabras:
"Libro mío, libro en cualquier tiempo y en cualquier hora, bueno y amigo para mi corazón, fuerte, poderoso, compañero. Tú me has enseñado la fuerte belleza y el sencillo candor, la verdad sencilla y terrible en breves cantos…”
Evidentemente, Gabriela Mistral fijó su mirada en la Biblia. En su poema titulado Mis Libros expresó:
“¡Biblia, mi noble Biblia, panorama estupendo,
en donde se quedaron mis ojos largamente,
tienes sobre los Salmos las lavas más ardientes
y en su río de fuego mi corazón enciendo!”
Es hermoso navegar en las páginas de las Sagradas Escrituras. Es sublime beber sus palabras. Su maravilloso poder transforma las vidas y eleva la fe de los hombres.
El escritor, filósofo y músico Jean-Jacques Rousseau dio un valor supremo a la Biblia: "La majestad de las Escrituras me asombra; la santidad del evangelio habla a mi corazón. Ved los libros de los filósofos con toda su pompa; ¡qué pequeños son en comparación a la Biblia! ¿Podrá creerse que este libro, a un tiempo tan sublime y tan sabio, sea obra de los hombres?"
La Biblia tiene una significación suprema. Es una Biblioteca en sí misma. No es un libro más en una colección. Su contenido transciende los espacios y los tiempos. Tiene un poder creador, su esencia sana, alimenta y vivifica el alma. Es una voz de esperanza en momentos de soledad y tristeza. Su fuerza espiritual enciende una luz en la noche más oscura. Es la mejor defensa en las batallas, es la espada del espíritu.
Estoy enteramente agradecido. Llegó cuando más la necesitaba. Hoy canto la hermosura de sus palabras. Su luz creadora resplandeció en mi corazón. La Biblia es mi mejor amiga.
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